En 1973 Nicolás García Uriburu editó su Portfolio (Manifiesto), compuesto por una portada y 6 serigrafías impresas en los Ateliers Laage en Ramatuelle (Francia). Retomando la estrategia programática de las vanguardias históricas cuyos principios e intenciones se expresaron públicamente en documentos escritos que se conocieron como “manifiestos” –un gesto que la neovanguardia de los 60 reivindicó en su intento por reconciliar el arte con la vida, en un horizonte de utopías renovadas y de nuevas prácticas experimentales–, el manifiesto gráfico de Uriburu proponía otra relación entre obra y manifiesto. En su caso, éste, más que orientar la acción de trabajos futuros, componía una especie de antología que reunía registros de su primera coloración del Gran Canal en Venecia, realizada el 19 de junio de 1968; de la efectuada dos años después, conocida como Hidrocromía intercontinental, donde unió simbólicamente las ciudades de Nueva York, París, Venecia y Buenos Aires a través de sus aguas verdes; de la acción de coloración de su sexo llevada a cabo durante su fugaz estadía en Nueva York, en octubre de 1971, junto con un proyecto de coloración “vertical” de las cataratas del Iguazú en la Argentina, y una serie de textos en lenguaje conciso y militante donde sentaba posición sobre la función social del arte y su programa ecológico.
En este sentido, su Portfolio confirmaba un camino a seguir ya iniciado, a la vez que redoblaba su apuesta con desafíos cada vez mayores, como el proyecto de coloración de las cataratas del Iguazú (que finalmente no logró concretar), al mismo tiempo que invertía la relación tradicional que las vanguardias históricas habían establecido con sus textos programáticos. Más que “una hoja de ruta” que orientaría la obra por venir, para García Uriburu su manifiesto estaba contenido en su obra ya realizada, documentada a través de registros fotográficos, dada su condición efímera.
En pleno proceso de desmaterialización del objeto del arte, Uriburu definía la experiencia artística como fluida, dinámica, contextual e íntimamente ligada con el entorno natural, además de pensarla como una práctica profundamente política. Expresado con lenguaje sencillo y directo, denunciaba “el antagonismo entre naturaleza y civilización”, y para que su proclama pudiera lograr una voz más potente decidió colorear su cuerpo en un acto performático cercano al body art (primero lo hizo con su pene en Nueva York, en octubre 1971, y hacia fin de ese año con su rostro, en ocasión de la Bienal de París), además de haber emprendido la utopía de teñir las aguas del mundo entero con el tono de “la clorofila, el color de la primavera, eternamente joven, un color poderoso, con vida”, como lo describía Pierre Restany.1
Las fotografías de las aguas y del sexo del artista transformaban el cuerpo humano y el cuerpo continental en metáfora de una naturaleza en proceso de transformación por intervención de la acción del hombre; a la vez que rubricaban, en su doble inscripción –monumental e íntima, pública y privada–, el origen de la vida. Uriburu ponía el cuerpo para recordar que sin mundo no hay vida posible.
La exposición pública de su cuerpo, junto con otra operación igualmente radical como fue la inversión del mapa de Latinoamérica que exhibió, casi una década después de la edición de su Portfolio, en la Documenta 7 (1982), expresan su postura crítica sobre la contaminación, que tuvo desde siempre un foco muy preciso: denunciar la explotación abusiva y la destrucción de las reservas naturales de los países latinoamericanos ejecutada por las grandes potencias mundiales.2
Pocos meses después de la edición del Portfolio, en enero de 1974, realizó una exposición individual en la galería Leo Castelli de Nueva York, donde se lo veía enmarcado como afiches, con las típicas varillas de aluminio que estas obras aún conservan. A fines de ese mismo año participó de la 9th International Biennial Exhibition of Prints in Tokyo, donde obtuvo el primer premio con este conjunto de serigrafías.
Promediando la década, la editorial Jacques Demase de París editó su primera monografía, Uriburu Coloration (1978), que reunía las acciones emprendidas durante los primeros diez años de coloraciones. El volumen, además de reproducir el Portfolio en su totalidad, respondía a su misma pauta gráfica.
Con su primera coloración en Venecia, en 1968, Uriburu no solo había descubierto una vía de acción directa sobre el entorno natural, sino que en poco tiempo lograría componer un lenguaje visual para comunicar su mensaje libertario a escala mundial, a través de la combinación de imágenes contundentes y textos que aunaban proclama política y programa artístico, en la misma tradición que habían inaugurado las vanguardias de principios del siglo XX.
Texto de Jimena Ferreiro
Notas
1. Restany, Pierre, Uriburu, Buenos Aires, Fundación Nicolás García Uriburu, 2001, p. 43.
2. En palabras del artista: “Denuncio con mi arte el antagonismo entre la naturaleza y la civilización. Es por eso que pinto mi cuerpo, mi sexo y las aguas de mundo”, en Portfolio (Manifiesto), Les Ateliers Laage, 1973.
Title: Portfolio (Manifiesto)
Year: 1973
Technique: 6 serigrafías sobre papel enmarcadas, seriadas y firmadas, y 1 serigrafía de portada sin firmar ni numerar
Cada una 76,2 x 56,5 cm
Inventary Number: 2001.87
Donation: Colección MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires
Fuera de exposición
ARC 2, Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris, París, 1973.
Portfolio (Manifiesto), Leo Castelli Graphics, Nueva York, 1974.
Portfolio (Manifiesto), Galerie Jacques Demase, París, 1974.
Uriburu Kleuringen 1968-1974, Internaational Cultureel Centrum, Amberes, 1974.
The 9th International Biennial Exhibition of Prints in Tokyo, The National Museum of Modern Art, Tokio y Kioto, 1974-1975.
Hara Museum of Contemporary Art, Tokio, 1982.
Uriburu. Exposición retrospectiva 1959-1979, Palais de Glace, Salas Nacionales de Exposiciones, Buenos Aires, 1988.
Années 60 objets-sculpture, Galerie Jean Gabriel Mitterrand, París, 1989.
Nicolás García Uriburu, Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, 1998.
Uriburu. Obra histórica. Colección Molina, Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, 2003 (cat. exp., pp. 24 y 25).
MALBA Federal. Relatos latinoamericanos, Museo Nacional de Bellas Artes, Neuquén, del 25 de enero al 17 de marzo de 2013; Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, San Juan, del 22 de marzo al 26 de mayo de 2013; Museo de Arte Contemporáneo, Salta, del 7 de junio al 1º de septiembre de 2013; Centro Cultural del Bicentenario, Santiago del Estero, del 5 de octubre al 30 de noviembre de 2013; Museo Emilio Caraffa, Córdoba, del 12 de diciembre de 2013 al 6 de marzo de 2014.