En Mi ventana en Florencia, Pettoruti reinterpretó iconografías de la tradición clásica a través de los nuevos procedimientos de fragmentación visual que apropió como recurso del cubismo. La naturaleza muerta en primer término de la escena se construye a través de distintas perspectivas visuales sobre los objetos: algunos, como el vaso y la botella, representados de forma ilusionista; otros recortados sobre el fondo neutro, el mantel rebatido, las sombras señaladas por los trazos más o menos densos del dibujo. La vista a través de una ventana permite la perforación del plano y la fuga de la mirada hacia un paisaje urbano divisado en el horizonte, pero el marco que abre a esta vista está deformado y virado en diagonal, aun si su espesor simula cierta profundidad. La percepción del espectador queda atrapada en la ambigüedad visual que genera una representación que es ilusionista solo en parte. A esta lectura ambigua, propia de los nuevos recursos del modernismo, contribuye la técnica elegida por el artista, que busca volver opaco el soporte, invitándonos a seguir de cerca el espesor variable de los trazos de tinta, la materialidad de la obra.
Se conocen dos versiones más de esta pieza presente en la colección de MALBA, ambas de idéntica estructura compositiva: un dibujo, también en tinta china, pero de tamaño levemente mayor (hoy en una colección particular, en París), y un collage de mayores dimensiones (perteneciente a una colección privada de Buenos Aires). La tinta recibió hasta la década del 50 el título La ventana, y el collage, La ventana abierta. Aquí, la superposición de planos que introduce materiales de lo real en la superficie pictórica, característico recurso del collage cubista, apunta hacia el mismo objetivo: cuestionar la representación ilusionista.
Al llegar a Florencia, en 1913, el artista, que iba a Europa en plan de formarse en la enseñanza académica y de las obras de arte de los maestros italianos, quedó impactado por las propuestas que los integrantes de la vanguardia futurista difundían desde la revista Lacerba, y asistió a la Esposizione Futuristadurante los 47 días que permaneció abierta. Entabló amistad con los artistas e intelectuales que integraban este grupo, y sus ideas y obras lo impulsaron a experimentar con algunos nuevos recursos formales que le resultaban acordes a sus propias búsquedas. A través de los futuristas fue como Pettoruti vino a saber de las investigaciones del cubismo. En particular, era el escritor Ardengo Soffici quien, de acuerdo con el artista, “hablaba con mayor autoridad” sobre los avances de los cubistas, ya que había estado residiendo en París durante varios años.1Sin embargo, las noticias sobre la vanguardia cubista llegaban a la Argentina por lo menos desde 1912, aunque con una “mirada prejuiciosa”; de ahí quizás la curiosidad de Pettoruti por saber más acerca de este movimiento. La apropiación más ajustada a los procedimientos de superposición de planos para la fragmentación del espacio y de los objetos, típica de los collages cubistas, vio sus primeros e inmediatos resultados en 1914, con obras como Il sifone Lacerba(Colección Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires) o Il grappolo d’uva(Colección Telefónica, Madrid). A partir de allí el artista puso a prueba distintas formas de descomposición de la imagen: Mi ventana en Florenciamarcó, en este desarrollo, un momento posterior en el que Pettoruti adoptó una aproximación mucho más libre, menos aferrada a los primeros postulados analíticos del cubismo.
La autobiografía del artista relata una anécdota significativa: no obstante el mandato de su supervisor de beca, Ernesto de la Cárcova, para que se dirigiera a París a realizar sus estudios, Pettoruti eligió Florencia y permaneció en ella, hasta el punto de forzar a De la Cárcova a visitarlo en su taller para confrontarlo sobre su desobediencia. Vista, sin embargo, la gran producción de obra lograda por Pettoruti solo en los tres primeros años de estadía, De la Cárcova decidió aceptar los designios del artista. Mi ventana en Florenciarepresenta en cierto sentido una trasposición de las intensas vivencias artísticas del pintor en la ciudad que lo recibió al llegar a Europa, una reflexión autobiográfica sobre los caminos de aprendizaje elegidos y recorridos, con la tradición clásica dibujada por Il Duomo en el horizonte, mediada por el impactante encuentro con la renovación contemporánea de los lenguajes del arte que le posibilitó el estar en Florencia. El collage, que incluye recortes de papel con inscripciones parciales –La Nacióny Gath y Chaves, tienda por departamentos para la que el artista realizó sus primeras prácticas en la decoración de vidrieras–, potencia esta lectura. A la emoción que despierta la ciudad italiana que eligió Pettoruti para formar su trayectoria, se suma la añoranza de la tierra natal.
Texto de Fabiana Serviddio
Notas
1. Pettoruti, Emilio, Un pintor ante el espejo, Buenos Aires, Solar/Hachette, 1968, p. 72.
Title: Mi ventana en Florencia
Year: 1917
Technique: Tinta sobre papel
26.3 × 31.8 cm
Inventary Number: 2001.133
Donation: Eduardo F. Costantini, Buenos Aires
Fuera de exposición
Pettoruti, Museo Municipal de Bellas Artes, Montevideo, 1927 (en el catálogo figura como La ventana).
Emilio Pettoruti, Amigos del Arte, Buenos Aires, 1940 (en el catálogo figura como La ventana).
Pettoruti, National Academy of Design, Nueva York, 1943 (en el catálogo figura como La ventana).
Obras de E. Pettoruti, Agrupación de Gente de Arte y Letras Impulso, Buenos Aires, 1943.
Emilio Pettoruti. Sala especial. Argentina, XI Bienal Internacional de San Pablo, San Pablo, 1971.
Pettoruti, Galería Palatina, Buenos Aires, 1984.
Emilio Pettoruti, balance de una vanguardia, Museo de Arte Moderno, Buenos Aires, 1986.
La Colección Costantini en el Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, 1996.
A Coleção Costantini no MAM, Museu de Arte Moderna, San Pablo, 1998.
A Coleção Costantini no MAM Rio de Janeiro, Museu de Arte Moderna, Río de Janeiro, 1998.
Arte en América Latina, MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Buenos Aires, 2001.
Dibujos. Obras sobre papel en la Colección Costantini, MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Buenos Aires, 2002.
Emilio Pettoruti. Un pintor ante el espejo, Museo Municipal de Málaga, 2002.
Recorridos sobre el papel, MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Buenos Aires, 2002.
Artistas modernos rioplatenses en Europa 1911-1924. La experiencia de la vanguardia, MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Buenos Aires, 2002-2003.
Visiones, MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Buenos Aires, del 23 de febrero de 2002 al 26 de mayo de 2003.
40 Obras de la Colección Costantini. Arte latinoamericano siglo XX, MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Buenos Aires, del 3 de junio al 18 de agosto de 2003.
Retrospectiva. Emilio Pettoruti, Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, 2004 (cat. exp., reprod. p. 64).
Retrospectiva. Emilio Pettoruti, Museo Nacional de Bellas Artes, Neuquén, 2005.
Homenaje a Pettoruti, Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino, Rosario, 2006; Museo Provincial de Bellas Artes Rosa Galisteo de Rodríguez, Santa Fe, 2006.
Papeles latinoamericanos. De David Alfaro Siqueiros a Guillermo Kuitca, MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Buenos Aires, 2007.
Variaciones latinoamericanas. Obras de la colección, MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Buenos Aires, 2009.
Arte latinoamericano siglo XX, MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Buenos Aires, desde el 27 de agosto de 2003 hasta 2011.
MALBA federal. Relatos latinoamericanos, Museo Nacional de Bellas Artes, Neuquén, 2013; Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, San Juan, 2013; Museo de Arte Contemporáneo, Salta, 2013; Espacio Cultural Julio Le Parc, Mendoza, 2013; Museo Emilio Caraffa, Córdoba, 2013-2014