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Estructura es una pintura de marco recortado que corresponde a la etapa madí del trabajo de Martín Blaszko. Este período de su producción está relacionado con el temprano acercamiento a los artistas que presentaron sus obras en la residencia de la fotógrafa Grete Stern. El músico Klaus Erhardt, que integraba el círculo de amistades de Blaszko, lo invitó a concurrir a esa reunión convocada por el Movimiento de Arte Concreto-Invención (MACI), donde vio por primera vez las producciones de Arden Quin, Gyula Kosice y Rhod Rothfuss, que no solo se centraban en la idea de invención pura, sino que también respondían a la novedosa propuesta del marco recortado.

Tal como había advertido Rothfuss un año antes en Arturo. Revista de artes abstractas, el problema de los marcos regulares consistía en que, al seguir el concepto de “ventana” de los cuadros naturalistas, hacían presentir que el tema de la obra continuaba más allá de su límite; por lo tanto, en su artículo propuso trabajar con marcos irregulares y estructurados según la composición de la pintura.¹

Entre las principales obras presentadas en la casa de Stern, ya se encontraban algunos cuadros de marco recortado y una escultura de Arden Quin, una primera obra coplanar de Rothfuss y esculturas con articulaciones y sin ellas de Kosice. Este encuentro resultó tan movilizador para Blaszko que lo relató como sigue:

La obra de Arden Quin me impactó por el control, las proporciones y la gama baja de colores que empleaba. Esas obras me llegaron emocionalmente. Cuando tomé contacto con él me trasmitió su admiración por Torres García y Mondrian. Él me enseñó a trabajar con la divina proporción y nos habituamos a discutir los trabajos que yo hacía. Un día me dijo si quería participar en un movimiento que iban a llamar MADÍ, y acepté presentando Cuadro Madí .²

Se trataba, precisamente, de la 1ª Exposición MADÍ, realizada en las salas del Instituto Francés de Estudios Superiores entre el 3 y el 6 de agosto de 1946, en la que Blaszko ya integró la nueva agrupación.

Es interesante notar que la primera pintura madí de Blaszko mantuvo una relación estrecha con la naturaleza muerta en clave neocubista que estaba pintando en el momento del encuentro con los integrantes del MACI, dado que las articulaciones de formas, ritmos y la paleta fueron reinterpretados dentro de una propuesta de marco recortado.³ Además, desde ese momento aplicó el concepto de invención ordenado a partir de la sección áurea. Si bien no todos los artistas madí emplearon esta modalidad de cálculo –también llamado “número de oro”– para lograr las proporciones armónicas entre las partes, las pinturas de Blaszko siempre la respetaron, al punto de que en 1949 escribió una dedicatoria con el siguiente reconocimiento: “A Carmelo Arden Quin, quien me enseñó a manejar el compás y la regla”.⁴

El carácter oposicional de los grupos de arte concreto que irrumpieron en la escena rioplatense en la inmediata posguerra los obligó a emplear las estrategias más diversas para difundir sus ideas y defender sus obras. En los panfletos y manifiestos escribieron los postulados madí, que daban continuidad a las propuestas de Arturo y presentaban algunas coincidencias con los lineamientos generales que también habían planteado los artistas de la Asociación Arte Concreto-Invención, especialmente en cuanto al quiebre con el marco y alejamiento de las leyes tradicionales de composición. Con estos procedimientos buscaban crear objetos en el espacio sin injerencias extrañas a ellos y dentro de una “invención pura”, proposiciones que sintetizaron afirmando: “…nosotros construimos, es decir, hacemos una invención real”.⁵

Tras producirse una escisión en el grupo Madí original, el domingo 4 de abril de 1948 a las 17 se realizó una Matinée madiste en el taller de la calle Cabrera de los hermanos Ignacio y Martín Blaszko. El folleto de invitación reprodujo una fotografía en la que aparecen varias obras, entre las cuales se encuentra Estructura. Todas son pinturas estructuradas en un marco recortado. En el caso particular de esta pieza, presenta formas geométricas simples yuxtapuestas con un ritmo ascendente y pintadas con colores planos, que alternan con áreas rayadas, dentadas o con pequeñas formas irregulares. A pesar de estas variaciones, el conjunto se mantiene dentro de tonalidades verdes con dos zonas blancas. Por esta razón, esta obra también aparece consignada como Blanco y verde, mientras que los planos blancos que se destacan han sido asociados con la luminosidad de las composiciones tradicionales y motivaron que también fuera llamada Luces blancas.⁶ No obstante, es preciso recordar que se trata de una invención de carácter concreto que, tal como señalamos, programáticamente no solo buscó eludir los referentes externos, sino también esas mismas leyes tradicionales de composición.

Texto de Cristina Rossi

Notas

1. Rothfuss, Rhod, “El marco: un problema de plástica actual”, Arturo. Revista de artes abstractas, nº 1, Buenos Aires, verano de 1944, pp. 37-38.

2. La declaración corresponde a la entrevista concedida a la autora en diciembre de 2005. La obra Cuadro MADÍ también se conoce como Pintura MADÍ.

3. Este aspecto se analiza en Rossi, M. Cristina, Utopías constructivas en la posguerra rioplatense, tesis doctoral, UBA, 2010.

4. Se trata de la exposición Obras MADÍ. Martín Blaszko. Retrospectiva, Atelier de Fausto, Buenos Aires, 1949.

5. “…nous construisons: c’est-à-dire, nous faisons une invention réelle” (en francés en el original). Véase 1ª Exposición MADÍ, Instituto Francés de Estudios Superiores, Buenos Aires, 1946. Estas proclamas también fueron distribuidas en pequeños panfletos, fechados en junio de 1946.

6. Si bien la obra fue titulada como Estructura en Martín Blaszko. 15 años de escultura, Buenos Aires, Galería Lirolay, 1961, en el fascículo Blaszko (colección Escultores argentinos del siglo XX, CEAL, 1981) se la mencionó como Luces blancas.