La obra Landing [Aterrizaje] participó, junto con dos piezas de la serie de las mismas medidas y título, del Premio Fundación Alberto J. Trabucco 2006. Resultó ganadora del primer premio en la categoría Pintura, y un año más tarde la Academia Nacional de Bellas Artes, a través de la Fundación Trabucco, la donó a Malba. Las otras dos obras que completan la serie forman parte de la colección privada de Eduardo F. Costantini y fueron adquiridas el mismo año de la donación.
Landing fue pintada en la casa taller del artista, en el barrio de Belgrano, a sus 67 años, en un período de madurez creativa y reconocimiento logrado en buena parte por su trayectoria y su exposición antológica titulada Imanes, en el Centro Cultural Recoleta, en 2005. No menor fue la popularidad alcanzada por Eclipse, el enorme mural realizado para el Aeropuerto Internacional de Ezeiza cinco años antes.
Landing, por su título, recuerda a Alunizaje, traducción que el mismo artista dio a otras obras tituladas de la misma forma, y que remiten al descenso de un vehículo en la Luna. Fue en 1969, cuando el hombre pisaba por primera vez la superficie lunar, y en ese mismo año el Centro de Artes Visuales del Instituto Torcuato Di Tella, en Buenos Aires, coronaba su gestión con la exposición más concurrida del año, la de Rogelio Polesello. Para aquel entonces el artista, conforme a la psicodelia que anticipaba la década del 70, presentó una exposición de objetos acrílicos capaces de deformar la visión del público y de sus propias pinturas. Aquellas composiciones pictóricas tenían formas geométricas de colores vibrantes y superficies planas, cuyo volumen nacía de las leyes de percepción provenientes de la Gestalt. Al ampliar las posibilidades de sus pinturas, Polesello transformaba esos “diseños”, como los llamaba, con grandes placas de acrílico capaces de jugar aún más con la percepción de los visitantes a la muestra.
A lo largo de su carrera las búsquedas de Polesello fueron cíclicas, y esto se ve en la síntesis que logra en sus pinturas más tardías, como es el caso de Landing:
No es difícil imaginar que las obras de pequeño formato de fines de los años 50 –tintas y témperas sobre papel– podrían haber sido pintadas por el consagrado artista que es hoy, así como las pinturas actuales podrían haber sido realizadas por el precoz jovencito que pintó aquellas obras tempranas. En Polesello, toda su obra resulta actual, más allá de su realización temprana o reciente.1
Fue actual a fines de los 50, con sus geometrías sensibles, y también en los 60, con sus vibrantes pinturas a soplete filtradas por grillas metálicas, que le valieron el reconocimiento de Oscar Masotta.2,3 Fue actual cuando salió del plano con el desarrollo de placas y objetos de acrílico, material que, aunque fue moneda corriente en los 70, lo embanderó como el portavoz de las distorsiones imposibles, a partir de espacios generados por estructuras más cercanas a la instalación que a la escultura. Incansable e investigador desde lo empírico, observó la refracción de colores a través de sus placas y decidió disponerlas en el plano. De ese experimento nacieron sus masivos años 80 y 90, en los que, apoyado por la galerista Ruth Benzacar, desarrolló una abstracción cargada de “reminiscencias ornamentales barrocas”,4 en la cual fragmentos de formas geométricas se entrelazan casi como una rocalla actual.
Quizás no fuera ocioso recordar, frente a estas pinturas, la marquetería –construcciones realizadas por incrustación o yuxtaposición de maderas, metales u otros materiales contrastantes por color y textura que estuvieron asociadas en una época a la representación espacialmente ilusoria, con elementos numerosos que llenaban todos los vacíos.5
Landing representa al Polesello de los 2000, y su actualidad, una vez más, lo acerca a sus inicios, por dos motivos. El primero es la paleta. Sus composiciones, en su primera aparición individual en la galería Peuser,6 en el 59, eran casi monocromas, y el protagonismo era exclusivo de las formas, diseñadas, recortadas y plenas. El segundo motivo es que las deformaciones de los 2000 funcionan como una suerte de transcripción al plano de sus primeros acrílicos, en los que presentaba cajas con las que él llamaba “lupalentes” y una pintura geométrica por detrás.7 Aquellas obras imponían al espectador el movimiento; en cambio, sus pinturas de los 2000 contienen ese movimiento en ellas, funcionan como una “evidencia de la distorsión”.8
Polesello ideaba estos diseños compuestos a partir de centenares de copias en una de las grandes fotocopiadoras que tenía en su casa taller de Belgrano, y recortaba minuciosamente cada una de esas formas, muchas de las cuales eran impresiones de fotos tomadas de obras de su autoría. A partir de esos diseños, que llevaba a la tela en grafito, asistido por varios ayudantes –entre ellos su incansable hermano Osvaldo, quien lo secundó desde 1967–, comenzaba a pintar con gran minucia, y sin dejar casi huellas, como si se tratara de una superficie de un producto industrial. El mismo gesto que en los 80 y 90 lo hizo llevar los efectos de la luz al plano, pero con un nuevo guiño; esta vez, en los 2000, lo que hizo fue trabajar con sus diseños más tempranos, pero deformados por las placas acrílicas. De esa forma cierra el ciclo, volviendo a una síntesis de nuevo talante, la de las deformaciones aumentadas. Landing, como varias de las obras presentadas en el Centro Cultural Recoleta, está integrada por fragmentos de composiciones mayores, lo que le da un carácter constructivo a sus series. Después de todo, Rogelio logró ser el constructor que su padre siempre quiso.
La serie Landing se vincula también, sobre todo en cuanto a su estética y dimensiones, a la realización de murales que el artista llevó a cabo en paralelo, entre los que cabe destacar Sin límites (2007), diseño original de Polesello ejecutado en cerámica, en la estación de subte José Hernández, de la línea D; Nunca recuerdo olvidarte (2006), realizado en venecitas y vidrio molido, en el hall de la sala Leopoldo Lugones, del Teatro San Martín, y el mural sobre la fachada vidriada del edificio Altman Eco Office (2009), entre otros. El trabajo mural efectuado en los 2000 da cuenta de la influencia que ejerció en artistas de renovados estilos de abstracción, como Pablo Siquier, Fabián Burgos y Graciela Hasper.
Texto de Josefina Barcia
Notas
1. Lebenglik, Fabián, “El lente con que se mira”, en Rogelio Polesello. Imanes (cat. exp.), Buenos Aires, Centro Cultural Recoleta, 2005, p. 147.
2. Oscar Masotta (Buenos Aires, 1930 - Barcelona, 1979) fue un intelectual, semiólogo, crítico de arte y psicoanalista. Se lo reconoce especialmente por haber introducido el pensamiento de Jacques Lacan en la Argentina, pero, además, en los 60 se vinculó al arte de vanguardia con las experiencias del Instituto Torcuato Di Tella y su teorización. Publicó ensayos sobre la cultura contemporánea y sobre psicoanálisis, así como escritos sobre el arte experimental asociado al pop y al happening.
3. Masotta, Oscar, “Rogelio Polesello y el mito de las profesiones”, Opinión, Lima, 6 de diciembre, firmado “noviembre de 1965”.
4. Battistozzi, Ana María, “Rogelio Polesello en el país de la geometría”, Clarín, sección Información General, Buenos Aires, 19 de agosto de 2000, p. 62.
5. López Anaya, Jorge, “Rogelio Polesello, entre la intuición y la reflexión”, en Rogelio Polesello (cat. exp.), Buenos Aires, Museo Nacional de Bellas Artes, 2000.
6. Polesello. Pinturas, galería Peuser, Buenos Aires, auspiciada por el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Del 28 de septiembre al 11 de octubre de 1959.
7. Ver obra Sin título, 1968, caja de madera, pintura acrílica sobre hardboard y acrílico tallado, 69 x 36 x 13 cm, colección particular, Buenos Aires, en catálogo Polesello joven 1958-1974, Buenos Aires, Malba, 2015, p. 161.
8. Casanegra, Mercedes, “Polesello y el privilegio óptico”, en Rogelio Polesello. Imanes (cat. exp.), Buenos Aires, Centro Cultural Recoleta, 2005.
Title: Landing
Year: 2006
Technique: Acrílico sobre tela
200 × 200 cm
Inventary Number: 2007.01
Donation: Academia Nacional de Bellas Artes a través de la Fundación Alberto J. Trabucco, Buenos Aires, 2007
Fuera de exposición
Premio Fundación Alberto J. Trabucco, con el auspicio de la Academia Nacional de Bellas Artes, Centro Cultural Borges, Buenos Aires, 2006.
Adquisiciones, donaciones y comodatos, MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Buenos Aires, 2007.
MALBA Federal. Relatos latinoamericanos, Museo Nacional de Bellas Artes, Neuquén, del 25 de enero al 17 de marzo de 2013; Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, San Juan, del 22 de marzo al 26 de mayo de 2013; Museo de Arte Contemporáneo, Salta, del 7 de junio al 1º de septiembre de 2013; Centro Cultural del Bicentenario, Santiago del Estero, 5 de octubre al 30 de noviembre de 2013; Museo Emilio Caraffa, Córdoba, del 12 de diciembre de 2013 al 6 de marzo de 2014.