Después de vivir en Europa durante la mayor parte de su vida, desde 1891 hasta 1934, Joaquín Torres García retornó a Montevideo para pasar lo que restaba de ella promoviendo el arte moderno. Su vinculación con la abstracción y su historia en relación con las vanguardias europeas (modernismo, novecentismo, vibracionismo, ultraísmo, futurismo, cubismo) le permitieron, tras su regreso a su país natal, convertirse en mentor de una nueva generación de artistas, a los que alentó a encontrar su propio “ritmo personal”1 para fomentar la invención y la creatividad por medio del estudio de sus ideales constructivistas. En Montevideo, formó dos importantes grupos: la Asociación de Arte Constructivo (1934-1939), que incorporó el arte precolombino a un lenguaje abstracto geométrico con el fin de crear una nueva ideología que fusionara el pasado con el presente, y el Taller Torres García (1943-1962), que impulsó ejercicios experimentales que contribuyesen a la creación de un nuevo lenguaje universal basado en el arte de las civilizaciones pasadas. El segundo promovió a grandes artistas en el Uruguay; entre ellos, a los dos hijos de Torres García, Horacio Torres y Augusto Torres, así como a Julio Alpuy, Gonzalo Fonseca, José Gurvich y Francisco Matto.
En el Uruguay, Torres García continuó exhibiendo, dando conferencias y publicando ampliamente, como forma de difundir sus puntos de vista sobre una tradición universal del arte con raíces en las culturas indígenas de las Américas. Su revista Círculo y Cuadrado, en particular, fue lanzada en conjunción con la Asociación de Arte Constructivo, y se convirtió en un vibrante foro para la discusión del arte abstracto en América Latina, especialmente porque se la imprimía en varios idiomas y tenía distribución internacional. Asimismo, en 1940, Torres García dio su 500ª conferencia, en el Salón de la Comisión Municipal de la Cultura (había estado trasmitiendo sus conferencias por radio desde 1936); en 1944 apareció Universalismo constructivo –una selección de 150 conferencias que dio en el Uruguay entre 1934 y 1943–, que constituye aún hoy un testimonio enciclopédico de sus principios artísticos fundamentales; y publicó varios artículos en importantes revistas de arte como Removedor (Montevideo) y Arturo. Revista de artes abstractas (Buenos Aires).
Constructivo con calle y gran pez, creado tres años antes de la muerte del artista, es un excelente ejemplo de su repertorio constructivo, en el que los símbolos y las figuras esquemáticas siguen un orden geométrico y son objeto de una síntesis de color, forma, línea y espacio. La obra representa una escena urbana abstracta en una composición similar a una cuadrícula, con múltiples planos poblados por habitantes en movimiento –subiendo a un ómnibus, paseando un perro, conduciendo un auto–; actividades habituales de la vida de una ciudad. En la parte superior, destacados por sobre la gente, pinta un gran pez, una campana y el número “1” ubicado dentro de un triángulo, símbolos iconográficos representativos del poder creativo, el espíritu y el alma, y la razón y el intelecto, señalando que estas nociones deberían tener prioridad en nuestra vida diaria. La paleta de colores primarios también es significativa, ya que el autor manipula el color y el tono para crear la ilusión de volumen (primer plano, fondo) y de formas arquitectónicas (pilar, mesa, puerta) en una matriz compositiva estructurada. Este estilo había sido implementado previamente en las pinturas murales realizadas en 1944 para el Pabellón Martirené del Hospital Saint Bois de Montevideo, para el que el Taller Torres García produjo un total de treinta y cinco murales, siete de los cuales fueron hechos por el propio artista.2 Esas obras fueron creadas con el fin de combinar arquitectura y decoración como una única totalidad artística, en consonancia con su tradición constructivista.
Texto de Geaninne Guimarães
Notas
1. Torres García, Joaquín, “Con respecto a una futura creación literaria”, Arturo. Revista de artes abstractas, Buenos Aires, nº 1, 1944. Edición facsimilar, Aberdeen, Centre for the Study of the Hispanic Avant-garde, University of Aberdeen, 1994, The Museum of Modern Art Library, New York.
2. Esas siete pinturas murales fueron extraídas más tarde de las paredes para un tratamiento de conservación y luego expuestas en el Museu de Arte Moderna de Río de Janeiro en 1978, pero, desgraciadamente, resultaron destruidas debido a un incendio en el museo, que dañó la estructura del edificio y la mayoría de su acervo. Véase “Incêndio destrói todo acervo do MAM”, Jornal do Brasil, Rio de Janeiro, 9 de julio de 1978, pp. 19-23.
Title: Constructivo con calle y gran pez
Year: 1946
Technique: Óleo sobre carton montado en tela de lino
Sin Marco: 53.2 × 79 cm Con Marco: 85 × 111 cm
Inventary Number: 2001.160
Donation: Colección Malba - Fundación Costantini
Fuera de exposición
La Colección Costantini en el Museo Nacional de Bellas Artes
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina
1996
Barradas/Torres García
Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires, Argentina
1995