“Vuelta al orden”, “moderna clasicidad”, “arte nuevo”, “nueva sensibilidad” son algunas de las denominaciones construidas en la época para delimitar las características de las imágenes que los artistas configuraron durante lo que hoy reconocemos como el período entre las dos guerras mundiales.
La recuperación de una figuración naturalista es una de las marcas de este proceso. Sin embargo, las identidades estéticas que buscaron ser pensadas desde estas denominaciones resultan bastante diversas entre sí. En este sentido, se observa en esos años, de la mano de diferentes artistas actuantes en distintas metrópolis culturales de Europa y América, una figuración de nuevo cuño que transita desde los climas inquietantes de la pintura metafísica y la nueva objetividad al clasicismo monumental, pasando por una aprehensión sensual de las formas que alcanza muchas veces resultados cercanos a lo decorativo.
Dentro de esta última variante es posible situar las búsquedas de Guttero, y este desnudo resulta un ejemplo elocuente. La silueta de la mujer se recorta nítidamente con una línea gruesa que, a su vez, la recorre definiendo el rostro, los pechos, el abdomen y el pubis. Así, de manera simple, a través de la línea y el modo de imposición del color y la materia, con escaso detalle, se describen las facciones, las manos, el volumen de los músculos. El movimiento dado por un leve contraposto de los ejes de hombros, cintura y caderas aporta una presencia rítmica que organiza la figura. La inclinación de la cabeza y el paño azul lo complementan. El fondo ofrece cierta vibración en el modo de superponer volúmenes semiabiertos. Esta condición lo distingue de la figura, en tanto la solidez de la imagen de la mujer converge con la del paño: volumen macizo que, sin embargo, se imagina envolvente.
En palabras de Guttero, su trabajo se reconocía entre los “renovadores argentinos”, título que ensayó para una colección de libros que pensó con Alfredo Bigatti. Estarían dedicados a “los valores plásticos de América” y destinaría los primeros esfuerzos a publicar sobre Malharro, Figari, Guttero, Forner, Butler, Basaldúa, Badi, G. Cornet, Tapia, Del Prete, Ballester, Falcini, Bigatti, Fioravanti, Sforza, Curatella, Yrurtia. Resulta interesante observar la selección de artistas, así como leer, en la carta a Falcini, los comentarios acerca del formato elegido para esta serie de libros: “Será igual a esos de ‘Valori Plastici’ que se publican en Italia y en Francia: ‘Les artistes nouveaux’”.
Su selección está gobernada por un concepto amplio de “renovación” tanto para establecer las series de artistas argentinos como para elegir referentes editoriales como los citados.1 Entre tanto, su posición, a la hora de la realización plástica, se presenta mucho más acotada y circunscrita dentro de los parámetros de una figuración sintética guiada por una estructuración geométrico-rítmica de base, a lo que se suma una exploración de materiales que lo liga con las proclamas de recuperación del oficio que, desde espacios como Valori Plastici (la revista), se sostuvieron ya desde los últimos años de la década del diez.
La exploración de materiales condujo a Guttero al desarrollo del “yeso cocido”, una técnica que distingue su trabajo a partir de 1927, al dar con la combinación de óleo, pigmentos, carbonatos y yeso una calidad mural a las obras de caballete. En este sentido, la materialidad converge con el propósito de significación, la alegoría. Este recurso metafórico, en este caso en alusión al Río de la Plata, forma parte de la batería de conceptos clásicos recuperados para el despliegue de eso que por entonces se definía como “moderna clasicidad”.
Texto de Diana Wechsler
Notas
1. La colección de monografías por artistas que publicó Valori Plastici acompañó el programa estético de la revista italiana del mismo nombre al seleccionar no solo a artistas contemporáneos (de De Chirico a Archipenko, Chagall, Schrimpf, Sofici o Derain, entre otros), sino que sumó la posibilidad de que los lectores se acercaran a los maestros del Trecento y del Quattrocento en ensayos por artistas, así como en textos integradores por períodos. “Les Artistes nouveaux”, proyecto dirigido por Georges Besson, también publicó un arco amplio de lo que fue definiéndose como “arte moderno”, que incluyó nombres ya históricos como Renoir, Daumier, Signac, entre los de Maurice Denis, Susanne Valadon y Marquet, entre otros.
Title: Alegoría del Río de la Plata
Year: 1923
Technique: Yeso cocido, óleo y pigmentos sobre celotex
121.5 × 84.5 cm
Inventary Number: 2005.01
Donation: Donación Claudia Caraballo de Quentin, Buenos Aires, 2005
Fuera de exposición
Arte latinoamericano siglo XX, 2012
MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Argentina
2012
Adquisiciones, donaciones y comodatos 2005
MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Argentina
2005
Arte Latinoamericano siglo XX, 2003
MALBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Argentina
2003